Reseña #49: Alada ; 7/10

¡Última semana de noviembre! ¿No se os ha pasado volando? ¡Tenemos ya las Navidades aquí! Para cerrar este mes que, sinceramente, ha pasado en un visto y no visto, os he traído la reseña de un pequeño relato que, gracias a la Editorial Círculo Rojo, he tenido el placer de leer esta pequeña maravilla. No lo considero una lectura imprescindible, pero sí que me ha encantado la forma en la que te engancha y te presenta la historia en tan poquitas páginas. 

Por supuesto, uno de los más grandes puntos positivos de este librito es su corta extensión y si a esto le añadimos una buena escritura, se convierte en una lectura superligera y adictiva. No sólo te lo vas a terminar en poquísimo tiempo, sino que, además, no vas a querer dejar de leer. ¡Incluso querrás saber más! Sí, porque nuestra ansia de saber es implacable y más cuando nos encontramos con una buena historia que consigue dejarnos con la miel en los labios. Quería destacar, también, que la escritura de esta autora me ha gustado especialmente. Es probable que toda su habilidad no pueda notarse en tan poquitas páginas, pero estoy segura que en una novela de extensión normal sería más que maravillosa. ¡Da gusto encontrarse con escritoras de esta calidad!

El argumento también es interesante. La autora plantea un mundo muy futurista, en el que el ser humano es capaz de viajar a diferentes planetas del universo y tener contacto con las especies que en ellos habitan. Me ha resultado muy curiosa la base en la que se asienta esta pequeña historia y, sin duda, me gustaría saber muchas más cosas de ella. También, dentro de este mismo punto, quería destacar la creación de la raza protagonista de la historia. Me pareció una visión curiosa de una sociedad diferente a los humanos y, sin duda, su trasfondo es lo más interesante de esta novela. Estoy por apostar que, si esta historia llegase a conformar una novela, tendría mucho éxito y sería de gran originalidad.

El último punto que quería destacar (sí, ha sido corto, lo sé, pero es que son 68 páginas) ha sido el final. Es cuanto menos original, porque realmente no tenemos un final, sino tres. Me explico. El índice nos muestra que, tras el último capítulo, tenemos tres apartados más: Esto no es el fin, Vaso medio vacío y Vaso medio lleno. El primero es una aclaración en la que la escritura nos dice a los lectores que tenemos tres posibilidades: la primera, sería aceptar el final que plantea en el último capítulo; la segunda, leer el Vaso medio vacío si amamos los finales trágicos; por último, si somos lectores positivos, debemos leer Vaso medio lleno. Me pareció una medida completamente original y divertida, nunca antes me había encontrado con una novela que te plantease tres finales distintos según el tipo de lector que seas. Así que, esto es un puntazo con todas las letras. ¡Fascinante!

Por desgracia, las pocas páginas que conforman la novela también impiden que el lector se presente a una historia completa. Claramente, las explicaciones son pocas, hay cabos sueltos por todas partes y no consigues tener cariño a ningún personaje. Es una pena, pero estaba claro que la extensión también iba a jugar en su contra.

Además, tampoco nos puede llegar a servir como una lectura para desbloquearnos. Es tan... pequeño, tan poca cosa, que se nos queda corto. Obviamente, la historia es buena, pero no la disfrutas como se merece porque apenas vas a tardar unas horas en terminarlo. Son 68 páginas totalmente desaprovechadas, porque no consigue sacar todo el partido que podría dar esta historia en una novela más amplia. Claro que esto está hecho a drede, pero, aún así, lo considero un completo fallo.