La estancia estaba iluminada con velas aromáticas que desprendían un suave frescor y un olor a hierba mojada. El ambiente era cálido y hogareño.
Ellie abrió lentamente los ojos cuando comenzó a haber ruido, su mirada se dirigió directa a Jessica, la bruja estaba sentada en el suelo junto a la mesita del café, comiendo de una caja de galletas.
-Por fin despiertas.
-¿Cuánto he dormido? -Preguntó incorporándose en el sofá. Se pasó una mano por el cabello, se deshizo la coleta para volverla a hacer
-Más que yo seguro. -Cogió una galleta de la caja y se la metió en la boca entera. Sus ojos fucsia se alzaron hasta observar a la muchacha.- Mírate la pierna. -Ellie bajó la mirada hacia donde estaba la herida, aunque ahora sólo había una cicatriz que señalaba el lugar donde había estado.- Te dije que eran maravillosos.
-Era realmente bueno -Dijo Ellie acariciando la cicatriz.
-Es. -Corrigió rápidamente- Kevin no está muerto, no hables de él como si lo estuviera.
Ellie agachó ligeramente la cabeza y se acarició el pelo con cierto apuro al haber metido la pata de aquella manera. Jessica se levantó y sacudió sus pantalones del polvo del suelo, se acercó al sofá y, agarrando a la chica del brazo para dar un tirón, hizo que Ellie se levantase y se sentó.
-Te toca hacer guardia. -Dicho eso, se recostó en el sofá con la cara en un cojín y se quedó inmóvil.
La ilusionista se giró y cogió la caja de galletas, pero apenas había dos galletas enteras en su interior. Se dirigió a la mochila y agarró el palo para después salir de allí seguida del gato, cerrando las puertas correderas del salón una vez fuera.
El interior de la casa era modesto, con una decoración mínima pero que no llegaba a ser sobria. A la izquierda del salón estaba la puerta principal. Delante de esta se extendía un largo pasillo, a la izquierda estaban las escaleras con los escalones recubiertos por una moqueta de color beige algo sucia; en la pared había una gran cantidad de pequeños retratos de diferentes personas que continuaban hasta donde terminaba la escalera, en el piso superior. Pasando la escalera había una puerta, cerrada a cal y canto, que Ellie dedujo que sería el sótano, la contigua también estaba cerrada y no tenía pomo, así que si se molestó en intentar entrar. Al fondo estaba la cocina. La muchacha pasó al interior y contempló los muebles. Una nevera probablemente fuera de servicio, unos armarios abiertos y desvalijados, las encimeras manchadas de una sustancia roja, la muchacha quiso creer que era mermelada de fresa pero su cabeza sabía que no.
Apartó la mirada de aquello y se dirigió a la puerta que daba al jardín trasero; ésta estaba abierta de par en par y dejaba entrar una suave brisa nocturna. El jardín estaba a oscuras y lo único que se oía eran los incesantes ruidos que producían los grillos. La chica pulsó el interruptor de la luz exterior pero esta no obedeció la orden. Repitió la acción dos veces más y después suspiró, irritada.
Tras cerrar la puerta del jardín con llave, inspeccionar la cocina en busca de algo más de comida, decidió subir al piso superior para continuar con su ronda.
Subió las escaleras con el palo en una mano y el gato en la otra, sus ojos observaban cada uno de los retratos que había colgados pero sus rostros no le eran para nada familiares. Dejó al gato Steve en el suelo y fue comprobando cada una de las habitaciones. En el piso superior había tres habitaciones y un baño. Revisó la primera, un pequeño estudio con muebles viejos pero bien cuidados, si la habitación hubiera estado colocada y ordenada le habría recordado a los clásicos estudios del siglo pasado. Kevin tenía un gusto muy conservador en lo que se refiere a la decoración de una casa. La estantería estaba repleta de libros y huecos de los que habían caído al suelo; éstos tenían algunas hojas rotas y las tapas estaban manchadas.
La muchacha dejó el palo de billar junto a la puerta y se dirigió a la mesa para mirar todos los papeles que había allí encima. Muchos de ellos eran de anotaciones a la hora de hacer alguna poción o ungüento, algunos tenían frases escritas pertenecientes a los libros que había en el suelo. Fue cogiendo papeles y examinándolos exhaustivamente para no pasar ningún detalle por alto pero la mayoría de la información apenas la entendía, cosas de magos...
Tras una media hora revolviendo aún más el estudio y comprobar que todo era normal tras la ventana, salió de allí y se dirigió a la siguiente. Giró el pomo y pasó al interior, pero en seguida quiso salir. Era el dormitorio de Kevin, un sitio demasiado personal. Ellie recorrió la habitación con la mirada, fijándose en las fotos de las paredes. Caminó hacia la ventana para contemplar el exterior y se giró, dispuesta a salir de allí. Sin embargo sus ojos se dirigieron al retrato que descansaba sobre la mesilla de madera al lado de la gran cama de matrimonio. En la foto salían dos personas: Un hombre, que Ellie supuso que era Kevin ya que se parecía al niño de la foto que ella poseía; y una mujer rubia, joven, de unos veinte años de edad, con el cabello largo, los ojos de color verde, brillantes y sonrientes, una tez pálida y tersa, y una gran sonrisa. Ambos estaban abrazados y reían, parecían felices juntos en el momento de la foto. Ellie se acercó y la tomó entre sus manos para observarla mejor, se fijó en la mirada que Kevin le dirigía la mujer, unos ojos llenos de amor y cariño la miraban.
La chica sintió una punzada en el estómago y dejó la foto donde estaba para después salir del cuarto. Se apoyó en la pared junto a la puerta y miró al gato que la observaban meciendo la cola de un lado al otro lentamente. Se agachó junto a él y le acarició detrás de las orejas, recibiendo un ronroneo como respuesta.
Se dirigió a la tercera habitación que le quedaba por comprobar ya el que el baño no tenía ventanas por donde entrar desde el exterior. Cuando la muchacha cogió el pomo, éste le produjo una fuerte descarga que la hizo retroceder, profiriendo un grito.
Sacudió la mano varias veces y empujó la madera de la puerta, pero esta no cedía, así que decidió volver después con Jessica para poder abrirla entre las dos. Se volvió hacia el felino, pero este tenía la mirada fija en el techo, la chica siguió su mirada hasta encontrarse con una trampilla. Agarró el palo con las dos manos y le dio un golpe con todas sus fuerzas, ésta no cedió a la primera pero al segundo golpe saltó, dejando ver un agujero.
Después de abrirlo, salió corriendo rápidamente y bajó las escaleras de dos en dos, fue al salón y abrió las puertas.
-¿Jessica? ¿Estás despierta? -Preguntó pero la bruja estaba profundamente dormida. La rubia se mordió el labio con fuerza y soltó un suspiro. La dejaría dormir, lo necesitaba. Sus ojos pasaron de la chica hasta una butaca cercana y esbozó una sonrisa.
Tras utilizar la butaca como ayuda para entrar en el desván, buscó en la oscuridad el interruptor de la luz pero si siempre había estado cerrado dudaba que hubiera iluminación. Gateó por la superficie de madera, palpando el suelo con las manos para no tropezar con nada, estiró el brazo y rozó la pared con los dedos. Se incorporó y la fue rozando con los dedos hasta tropezar con unas tablas de madera, con toda la fuerza que tenía y agarrádolas con fuerza, tiró hasta arrancarlas de la pared. La luz de la luna le dio en los ojos y cerró los ojos para abrirlos lentamente hasta adaptarse. Retiró las demás tablas de madera que ocultaban la gran ventana redonda del desván. Con la luz de aquel astro, se giró y observó lo que allí había.
La estancia estaba realmente vacía, sólo había algunos papeles pegados al techo y una televisión demasiado pequeña con un vídeo debajo. Se acercó al aparato y se sentó en frente, lo examinó y tocó el botón de encendido para la televisión; saltó la pantalla de nieve con su caraterístico sonido y acto seguido pulsó el botón de Play para ver si había algo metido en aquel aparato.
La pantalla se volvió negra y poco a poco fue apareciendo una imagen de una calidad espantosa. Ellie tenía que entrecerrar los ojos para identificar a la persona que salía. Cuando por fin se enfocó la imagen, observó a Kevin mirándola fijamente. El chico tenía el cabello despeinado, la piel pálida y oscuras ojeras, símbolo de no haber dormido en días. Trataba de colocar bien la cámara que lo grababa. Cuando estuvo estable, la dejó y se relamió los agrietados labios mientras clavaba la mirada en el objetivo de la cámara.
La voz de Kevin comenzó a sonar:
“Hola, espero que se vea, es el único medio de comunicarme que he encontrado, parece que funciona. -Se frotó las manos, aparentemente nervioso.- Bien, cuando veas esto yo ya estaré con ellos, habrán venido y seguramente habrán desvalijado la casa para encontrar pistas sobre vosotras si no os han encontrado ya. He intentado esconderme pero me han hecho saber que tienen a Angelica y no me arriesgaré a que la hagan daño. -Sus facciones se endurecieron, apretó la mandíbula y respiró hondo varias veces. Parecía que le costaba hablar sobre ese tema.- Lo siento, Jess, por haber caído el primero pero tú mejor que nadie sabes lo fácil que es acceder a una persona a través de su corazón... -Soltó un largo suspiro y se pasó los dedos por el pelo.- Pero no sigáis mi ejemplo, a vosotras no os deben de pillar, no pueden cogeros. Ellie, sé que no me conoces pero confía en estas palabras, no debes caer en sus manos. Puede que tengas curiosidad por saber de tus hermanas pero no sucumbas a ello. Steve te ha mandado a buscarme con la esperanza de cuidarte y protegerte, y evitar que fueras tras él; pero como ves sólo puedo aconsejarte desde el otro lado de la pantalla. -Sus ojos parecieron clavarse en la mirada verdosa de la muchacha- Sigue mi consejo y escóndete. Con Jessica estarás a salvo, id con G-Host, él sabrá qué hacer. Siempre lo sabe. -Volvió a pasarse la lengua por los labios.- No tengo mucho tiempo, tardarán en encontrarme. Id al sótano, allí puedes abrir un portal, Jessica, sabes hacerlo. Os conducirá a casa de G-Host, puede que él no esté por la labor, ya le conoces. Largaos ya... -Estiró la mano hacia la cámara.- Buena suerte chicas.”
El vídeo se apagó y la pantalla se quedó en negro. Se oyó un suspiro.
-Kevin... -Jessica se pasó la mano por el cabello. Ya había amanecido y Ellie, tras haber visto por primera vez aquel vídeo, había despertado a la bruja y se lo enseñó.
La muchacha rubia estaba de pie junto a la morena, ésta se había agachado frente al televisor y miraba el vídeo con gran interés. Cuando acabó, se levantó y caminó por aquel desván, tratando de no darse con el techo.
Ellie se mordía el labio con fuerza, además de que se lo pellizcaba con las uñas.
-¿Por qué dejó que le cogieran? -Preguntó, sabía la respuesta pero no podía preguntarle directamente.
-No estoy segura de que ellos tengan a Angelica, pero Kevin mataría por ella. Si le han hecho ver que se encuentra en su poder, no opondría resistencia. No se arriesgaría. -Los ojos fucsia se fijaron en la mirada insquisitiva de la chica. Jess soltó un suspiro.- Kevin ha sido el único de nosotros que ha podido tener una verdadera vida normal, siempre se ha integrado mejor que nadie. En un viaje conoció a Angelica, la mujer de las fotos, se enamoraron perdidamente. Eran la pareja perfecta y ella sabía su verdadera naturaleza. Creímos que al menos uno había encontrado la verdadera felicidad hasta que... -Apartó la mirada de ella con cierto desprecio.- Steve encontró una piedra en el camino. Todos tuvimos que desaparecer y Kevin hizo lo más difícil, borró su existencia de la vida de Angelica: recuerdos, momentos, incluso a sí mismo. Nadie debería tener que hacer eso nunca, pero todos sacrificamos algo para que Steve pudiera salirse con la suya. Sin embargo, se han enterado de su existencia y estoy segura que Kevin no la dejará marchar por segunda vez.
Aquello hizo acallar todas las dudas de su cabeza, sin embargo, se molestó al oír las palabras que decía la bruja. ¿Era ella la piedra en el camino de Steve?
El silencio reinó en la habitación durante unos instantes. Ambas estaban sumergidas en sus propios pensamientos. Jessica trataba de trazar algún tipo de plan y Ellie daba vueltas a lo que Jessica y Kevin le había contado. ¿Sus hemanas? ¿Aquellas clones que había visto? Había prometido a Steve rescatarle y él parecía estar de acuerdo siempre que siguiera sus indicaciones pero, ¿sería cierto que lo único que quería era alejarla?
Un estruendo interrumpió aquel silencio, las chicas se miraron sin saber que pasaba. Jessica se acercó hasta la ventana redonda que daba al exterior. Sus ojos lo comprobaron todo hasta que se fijó en un objeto que se acercaba velozmente hacia su situación. Primero frunció el ceño, confusa y extrañada por no saber qué era. Después abrió los ojos de par en par y de su boca salió un grito.
-¡Al suelo! -Chilló. La bruja dio un salto para apartarse de la ventana, cubriéndose la cabeza con las manos, mientras un misil entraba por la ventana e impactaba en aquel desván.
El tejado de la casa estalló en llamas, toda su estructura tembló peligrosamente. Un fuerte pitido se había instalado en los oídos de Ellie cuando el desván se derrumbó sobre el piso superior de la casa. Jessica la levantó del suelo y comenzó a gritarla al oído, pero ella no la escuchaba, su voz la oía lejana y apagada. Sin embargo, al abrir los ojos y ver sus labios vocalizar supo en seguida que le decía: Huye.
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