Y.U.R.G.S. -P.2-
Todo fue gloria y esperanza en los reinos, hasta que los países extranjeros comenzaron a saquear pequeñas aldeas de la Sagrada Unión. A la edad de 16 años, Glaiss fue enviado como general azul de Yurgs. Su habilidad con la espada era inigualable entre las filas de sus ejércitos, desde pequeño practicaba con el príncipe humano quien le dio una fina pero muy afilada hoja, la cual llevaba envainada como arma. Se trasladó a caballo al lugar que hacía poco habían saqueado, cerca de la frontera. Al llegar, el joven elfo bajó de su montura e inspeccionó la zona con la mirada. Sintió un intenso vacío en el pecho al observar las quemadas casas que había a su alrededor y los cadáveres de varones adultos por las calles, las mujeres habían desaparecido y los niños murieron abrasados por el fuego o de hambre.
- ¡Eh! Tú. El mentón bien alto y ponte firme - La voz del príncipe humano sacó del ensimismamiento a Glaiss. Asch apareció montado en un gran rocín negro, con un trabuco sobre su hombro, vestido con prendas de cuero marrón. Desde su montura, miró hacia el elfo con una sonrisa burlona en el rostro para después bajar y acercarse a él.
El elfo se giró para mirarle y alargó el brazo, agarrando el antebrazo del humano, al igual que él el suyo.
- No esperaba verte por aquí, Asch -
- ¡Eh! Tú. El mentón bien alto y ponte firme - La voz del príncipe humano sacó del ensimismamiento a Glaiss. Asch apareció montado en un gran rocín negro, con un trabuco sobre su hombro, vestido con prendas de cuero marrón. Desde su montura, miró hacia el elfo con una sonrisa burlona en el rostro para después bajar y acercarse a él.
El elfo se giró para mirarle y alargó el brazo, agarrando el antebrazo del humano, al igual que él el suyo.
- No esperaba verte por aquí, Asch -